Pocos países en el mundo pueden contar con lo que Canadá ofrece al viajero. Tanto si te gusta esquiar, la vela, el turismo de ciudad o eres un gourmet, Canadá lo tiene todo.

El oeste es famoso por sus increíbles paisajes y naturaleza; las ciudades en el este son una mezcla de sabor europeo y ambiente neoyorkino; el norte conserva su medio ambiente intacto para la protección de la vida salvaje; donde quiera que vayas Canadá te sorprenderá más allá de su famoso jarabe de arce, o la policía montada que has visto en las películas.

Los pueblos indígenas han recuperado territorios que les fueron usurpados por anteriores gobiernos. Este agravio a los pueblos nativos es uno de los capítulos más oscuros de la historia canadiense. La recuperación de las tierras esquimales empezó en 1993 cuando se les cedió el control a los esquimales de 350.000 km en los territorios del noroeste. En 199 se creó el territorio autónomo de Nunavut, de casi 2 millones de km, con las tierras que ya estaban más nuevos territorios y una población de poco más de 30.000 personas.

Espacio es precisamente lo que sobra en Canadá, país independiente pero que tiene todavía a la reina de Inglaterra como cabeza del Estado. A pesar de ser uno de los países más grandes del mundo su población es escasa y en su mayoría se concentra en las ciudades.